Una historia en cuatro voces, las de cuatro mujeres que incapaces de enfrentarse a sus problemas cara a cara, prefieren confesarse a través de un contestador automático. Marina, Carmela, Sara y Viviana utilizarán un buzón de voz como terapia para intentar entenderse a sí mismas y conseguir que las comprendan las demás.
Cada una tiene una historia, que mensaje a mensaje, se va dibujando a través de numerosos claroscuros, conformando una colección de relatos íntimos, que a veces resultan divertidos, otras sumamente inteligentes, casi siempre emocionantes y, a veces, también devastadores.