Madrid año 11. Dos tíos que llevan unos meses ensayando canciones en una habitación de Lavapiés, ponen un anuncio con el que pretenden reclutar un batería y un guitarrista a los que les guste cosas como TV Personalities, ‘La Conjura de los Necios’ y la serie The Office (la americana).
No obtienen ningún éxito. Los días se suceden y, así, entre la cola del wurli y la del inem, pasan tres años en los que, mientras encuentran a esos músicos, publican un cassette con Musagre Tapes, un single con Discos Walden, aparecen en recopilatorios como ‘Nuevos Bríos’ de la Fonoteca o ‘Matado por la Muerte’ VOL 2, y arrojan a la red un ya célebre videoclip lleno de desnudos y violencia gratuita. Para entonces ya son una formación estable de 4 miembros plenamente conscientes de que a veces lleva tiempo morirse y, mientras, hay que ocuparse en algo para no aburrirse. Es junio de 2014 y Holy Cuervo saca su primer LP, ‘Centro Dramático Nacional’, que supone una evolución hacia derroteros musicales más oscuros y , por decirlo así, más ‘autóctonos’. El disco entusiasma a público y crítica y eso les permite recorrerse casi toda España (les falta las islas, por ejemplo). Madrid año 16. Cinco años y muchos más bares y experiencias de precariedad laboral después, los Biznaga se encuentran en un momento dulce ante la inminente aparición de su segundo largo en Slovenly Records y, con él, un nuevo vehículo para joderse la vida.