Carta blanca al Festival de Cine de Locarno

25 de Marzo de 2017. Tabakalera. Donostia-San Sebastián /// Gipuzkoa. 18:00h. 3,5€

 

Tabakalera celebra con una carta blanca las setenta ediciones del Festival de cine de Locarno, iniciado la noche del 23 de agosto de 1946 con una sesión al aire libre en los jardines del Gran Hotel. Su historia y palmarés abarcan los inicios del neorrealismo italiano y las vanguardias de los jóvenes vecinos de la Nueva Ola francesa; el descubrimiento del cine que se ocultaba tras el telón de acero en los años de la Guerra Fría o la primera exploración del entonces desconocido cine del lejano oriente. Y su vocación, a lo largo de estos años, siempre ha sido muy clara: “Buscar el cine del futuro”.

Una larga historia de descubrimientos, curiosidad, riesgo y coherencia que lo han convertido en una de las citas más respetadas del panorama internacional. Su director artístico Carlo Chatrian presentará tres títulos premiados durante la historia del festival.

12 de marzo, 19h.:

Germania, anno zero (Alemania, año cero)

Roberto Rossellini, 1948, Italia, 74’, VOSE, DCP.

Uno de los grandes clásicos de Rossellini y parte de su trilogía neorrealista sobre la postguerra, de la que forma parte junto a Roma città aperta (1945) y Paisà (1946). Rodada en el sector francés de un Berlín en ruinas, la película presenta quizá el personaje infantil más desesperanzado de la historia del cine: Edmund, un niño de doce años que intenta sobrevivir a las duras condiciones de la Alemania posterior a la destrucción.

Si el cine neorrealista quería ser un espejo de lo real y mostrar de manera directa las condiciones humanas y sociales de la época posterior a la guerra, esta película lo consigue. El resultado es de una oscuridad y amargura absolutas, quizá reflejo del estado vital de una sociedad completamente destruida por el fascismo y por las bombas.

Mejor película y Mejor guión en el Festival de Locarno de 1948.

 

 25 de marzo, 19h.:

Mister Universo, Tizza Covi, Rainer Frimmel, Austria, Italia, 2016, 90’, VOSE, DCP.

Tairo era el hijo adolescente de Patty y de Walter en la película La Pivellina. Siete años después, Tizza Covi y Rainer Frimmel recuperan su personaje y le convierten en co-protagonista de su nueva historia. Ahora Tairo es domador de leones y está pasando una mala racha. Con el fin de remediar su mala suerte, sale a la búsqueda de un personaje mítico capaz de doblar con sus músculos planchas de hierro, Arthur Robin, campeón Mr. Universo ya retirado desde hace años.

La película recupera los escenarios de su precedente: caravanas, ferias, carreteras secundarias y suburbios de la Italia de hoy en día. Y también insiste en el trabajo con no-actores y en su particular híbrido entre el cine documental y de ficción. El resultado vuelve a ser una película directa y de humanismo desbordante que esconde uno de esos personajes míticos que nada tienen que envidiar a ninguno de los descubiertos por Fellini o por Pasolini. El viejo Arthur Robin, uno de esos “milagros” que muy de vez en cuando encontramos en una pantalla de cine y que se convierten en inolvidables.

Mención especial del jurado del Festival Internacional de cine de Locarno 2016.

 

26 de marzo, 18h.:

Höhenfeuer, Fredi M. Murer, Suiza, 1985, 120', VOSE, DCP.

El llamado Nuevo Cine Suizo tuvo a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta tres ejemplos de películas con presencia en el circuito internacional de crítica y festivales: Jonas qui aura 25 ans en l'an 2000 (1976) de Alain Tanner; Les Petites Fugues (1979) de Yves Yersin; y The Boat Is Full, (1981) de Markus Imhoof. En ese contexto, la llegada de Höhenfeuer, firmada por un director-poeta de 45 años, fue recibida con gran admiración y se situó de inmediato como uno de los grandes hitos de la historia del cine de la confederación helvética.

Murer sitúa su narración en una pequeña granja perdida a los pies de una montaña. Es donde vive la familia protagonista: una pareja de granjeros, la hermana mayor, Belli, y el hermano menor, nacido sordo. El chico es enviado a lo alto de la montaña a trabajar en la limpieza de un terreno y cuando Belli sube a visitarle, surge la historia de amor secreta entre ambos.

La película fue galardonada con el Leopardo de oro en el Festival de Locarno de 1985, donde se destacó, sobre todo, “por su exactitud etnográfica, la belleza silenciosa del paisaje y una muy cuidada banda sonora natural”.

 

 

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