El arte de la erosión
Una gran mancha negra profunda cubre el papel. Unas manos armadas con "gomas de borrar" si entendemos por borrar, corregir, no es el caso. Si no de construir; construir erosionando el negro, destiñendo, trazo a trazo, sin guías, sin más referencia que el trazo de goma que sigue a otro trazo. Día a día va apareciendo. Un trabajo pausado, íntimo, sin más compañía que un fluido musical. Erosionar la dermis, la epidermis hasta llegar al alma "si es que el alma es el fin último". Desnudarse, desnudarse en cada gesto, para regalarnos su obra, su pensamiento, su paciente lucidez..
Texto de Juan Carlos Cardesín