Ramón arrastra a Laura, su nueva víctima, hasta un sótano. Ramón coqueteará con la vida y la muerte, proponiendo a Laura un infantil juego: "Signos encadenados". Un juego que nos traslada a un paisaje sádico y, a la vez, cómico, donde la frágil línea entre la vida y la muerte, las relaciones de pareja, la perversión y el maltrato serán una constante. Nos encontraremos con sentimientos extremos, contradictorios, dudas, peligros, enredos... inmersos en un juego en el que no imaginarás quién es la presa y quién el cazador.