Austerlitz,
Sergei Loznitsa, Alemania, 2016, 94’, VOSE, DCP
Hay paisajes en Europa que forman parte de la memoria dolorosa del pasado. Hablamos de las fábricas del horror donde seres humanos fueron convertidos en cenizas. Estos lugares son hoy en día centros de conmemoración y peregrinaje, abiertos al público y con miles de turistas cada año. Esta película documental es una observación de las personas que visitan uno de esos lugares de la memoria, un antiguo campo de concentración. ¿Por qué van allí? ¿Qué están buscando?
El título hace referencia a la novela homónima escrita por W.G. Sebald, dedicada a la memoria del Holocausto.
"Nunca pensé que vendría aquí. Al pasar, vi la señal y me desvié. El camino sigue paralelo a la carretera y luego gira hacia un lado. Los edificios están dispuestos en semicírculo: casas donde vive la gente, gente normal en casas normales. Los coches están alineados en la zona de aparcamiento. Es un día de verano tranquilo y caluroso. Nada inusual.
¿Estos edificios pertenecen al territorio? A la derecha, a la izquierda, hacia abajo, hay una valla y la entrada está construida en perfecta simetría. La gente camina detrás de la valla - los turistas. Todos siguen una lógica estricta. Desde una zona llena de carbón y enmarcada con piedras blancas, a la siguiente. Una señal, un número de barracón, la siguiente señal, el siguiente número de barracón, la enfermería, un granero.
La gente camina sola o en grupos. Miran a través de las ventanas y de las puertas, se detienen ante los mostradores de información. A la gente le interesa todo: cada roca, cada inscripción.
Éste es un lugar en donde se exterminaba a la gente; un lugar de sufrimiento y dolor. Y ahora, estoy aquí. Un turista. Con todas las curiosidades típicas de un turista. Sin noción alguna de lo que suponía ser un prisionero en un campo de concentración, con un número, esperando la muerte cada día, aferrándose a la vida. Estoy aquí y miro la maquinaria de exterminio del cuerpo humano. Rastros de vida, hace algún tiempo, hace mucho tiempo, aquí y ahora.
¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué hace toda esta gente aquí, desplazándose en grupos de un objeto a otro?
La razón que induce a miles de personas a pasar sus fines de semana de verano en un antiguo campo de concentración es uno de los misterios de estos sitios conmemorativos. Puede estar relacionado con la buena voluntad y el deseo de sentir compasión y misericordia que Aristóteles relacionó con la tragedia. Pero esta explicación no resuelve el misterio. ¿Por qué una pareja de enamorados o una madre con su hijo deciden en un soleado día de verano ir a ver los hornos de un crematorio? Para intentar comprenderlo, hice esta película".
(texto: Sergei Loznitsa)
En colaboración con el XV Festival de Cine y Derechos Humanos.