Llega el ruido a Bilbao. Llega la distorsión. Llega la ultraviolencia de los madrileños Celica XX. Atmósferas shoegaze cargadas de oscuridad, mal rollo y catarsis. Estar en un concierto de este grupo es perderse entre reverberación, una psicodelia hipnótica y voces que quedan camufladas entre capas y capas de guitarras. Una experiencia vital, vamos. Algo que no ocurre todos los días. Algo que te deja renovado en cuerpo y alma. Como ir a misa. La misa del ruido. Shake será la catedral.