Desde que fuera Garnata para los árabes, el cante jondo y la expresión cultural del pueblo gitano han tenido en la bellísima Granada a una diosa, una musa a la que cantarle. Lo hace ahora también Marina Heredia, más mujer en y para el flamenco, en esta muestra del sonido y los matices inconfundibles que tiene el flamenco de Granada. De la mano de su padre, “El Parrón”, y de un acompañamiento con el que Granada se enseñorea.