Después de una agradable mañana de trabajo exterminando cucarachas de diferente índole un par de fumigadores deciden tomarse un descanso para que uno de ellos se coma su bocata de calamares, a partir de ahí ¡nunca un bocata de calamares dio para tanto! Confesiones, neurosis varias y muchos sueños rotos harán acto de presencia en esta comedia de la manera más divertida y absurda ¿Acaso no es absurda la vida? ¡No me digan que no lo sabían! ¿Por qué no puede fantasear un fumigador con perritos calientes? ¿Por qué no puede salir el sol por donde menos te lo esperas? Ante tanto dilema existencial demasiado sesudo para los cerebros de nuestros entrañables personajes, éstos optaran por el camino más corto, una huida hacia delante, hacia la felicidad… hacia los billetes de quinientos euros ¿y las cucarachas? ¡Al acecho!
