La deliberación de un jurado popular encargado de dar el veredicto sobre un caso de asesinato. Un joven acusado de haber matado a su padre con una navaja.
Las pruebas presentadas durante la vista de la causa, así como los testigos del crimen, apuntan a la culpabilidad del acusado. Un caso claro, que en principio, resulta fácil de resolver y del que se presume una deliberación corta, se acaba convirtiendo en una áspera discusión al plantear uno de los miembros del jurado su discrepancia en la primera votación, votación que debe ser unánime. El primer resultado de 8 votos “culpable” contra 1 de “no culpable” desencadenará una discusión que abrirá así un análisis de los hechos, las pruebas y los testimonios que irán sembrando las certezas iniciales de “dudas razonables”.
Dudas razonables, inspirada en “Doce hombres sin piedad” de Reginald Rose es un texto divertido, agrio y dinámico, que abre la disputa más cruda y plantea al público el hecho de ser objetivo. Una obra de teatro apasionante y trepidante.