3 DE JUNIO
Angélica (una tragedia), Manuel Fernández-Valdes, España, 2016, 86' VOS
Empecemos por quienes no conocen a Angélica Liddell: Premio Nacional de literatura dramática, León de Plata en la Bienal de Teatro de Venecia y una de las voces-cuerpos-presencias más impactantes y arrolladoras del panorama internacional de las artes escénicas: pura fuerza y pura vida. Ahora, nota en forma de pregunta para el público que sí conoce a Angélica: ¿Pero puede una película acercarse y retratar una personalidad como la de esta artista? ¿Es posible que una experiencia que no sea estar frente a un escenario con Angélica sobre las tablas deje intuir la fuerza de su presencia y de sus obras? ¿Es eso posible?
Lo es. Esta es una película sobre una devota del arte; una película sobre la agitada relación entre creación y vida. “No es una película de cómo una artista ensaya su obra sino de cómo ensaya su vida. Sola ante un espejo”, explica el director Fernández-Valdés. Y así empieza todo: Angélica Liddell prepara su siguiente obra y Manuel Fernández-Valdés se propone retratarla. Liddell se ha convertido en una de las principales dramaturgas europeas y en su apuesta por el teatro autobiográfico expone hasta su dolor más íntimo. Una decisión que afecta a la esencia de su manera de trabajar y a todas las personas que trabajan con ella. Cada cual deberá decidir hasta dónde está dispuesto a llegar a su lado. El director de la película no permanecerá ajeno a la experiencia. A la tragedia.
10 DE JUNIO
Die Geträumten (The dreamed ones), Ruth Beckermann, Austria, 2016, 89’ VOSE
¿Es la lectura de una correspondencia literaria e íntima una forma de conocimiento del otro? ¿Una forma de retrato? ¿Una invocación? Dos jóvenes actores, Anja Plaschg y Laurence Rupp, se dan cita en un estudio de sonido vienés para leer en voz alta las cartas que se escribieron en la Viena de postguerra la poetisa Ingeborg Bachmanny el poeta Paul Celan. Amor, imposibilidad, dolor, pasión, distancia, perdón, compañía… Más de treinta años de cartas que comenzaron en 1948, cuando ella tenía 22 años, y que terminan en las calles de París de 1971 con la muerte trágica de Celan. Y a medida que la lectura avanza, algo comienza a suceder a los dos actores, algo comienza a sucedernos: la vida y sentimientos de entonces y de ahora terminan mezclándose como si esa lectura fuera una grabación de la música de nuestros días: las pausas de lectura, cigarrillos, conversaciones casuales, miradas al vacío, despedidas y reencuentros se tornan una película sutil dentro de otra película y encarnan lo que pudo haber sucedido en las vidas de los dos escritores. Retrato a través del tiempo, por lo tanto. Y uno de los acercamientos cinematográficos a la literatura más sugerentes de los últimos años.