Si tuviésemos que definir qué es una banda de culto, probablemente pondríamos como ejemplo a Godspeed You! Black Emperor. No sólo por su música sino por sus implicaciones ideológicas y su forma de aplicarlas. A estos ocho talentos canadienses no les gustan los focos, no creen en liderazgos ni jerarquías y, desde luego, tampoco en el arte sin reivindicación. Sus oscuras composiciones post-rockeras son una experiencia religiosa, catártica y enormemente política.