1. Autoedición, fanzine, tiradas limitadas, venta por correo... ¿crees que hay un revival del DiY noventero? ¿Necesidad o diferenciación? ¿Precariedad o desuniformización?
Lo del revival está más que claro, no solo en el arte si no en general. Llevamos una racha larga de revival, primero los 80, los 90… cuando lleguen los 10 el mundo se anulará e implosionará y nos iremos al carajo; o lo que es peor, habrá que inventarse algo nuevo. El fanzineo en mi caso particular, fue una necesidad impulsada por la precariedad laboral que me rodeaba y las muchas ganas de hacer cosas. Es eso de ¿para qué esperar a que me llamen si puedo hacer un fanzine?
2. Vemos que estás muy cerca del circulo de fanzines. ¿Lo ves como tu ecosistema natural o acabaste ahí por casualidad?Lo cierto es que todo empezó de casualidad con el Pan de Molde, (fanzine ilustrado y colaborativo que editamos Liebana Goñi, Aizpea Lasa y yo). Se me abrió una puerta al mundo de la auto edición y me pareció una forma maravillosa de sacar mis dibujos de la carpeta y mostrárselos al mundo. Una cosa llevó a la otra y a día de hoy no podría imaginarme sin esa faceta fanzinera. Suena romántico pero empezar con el Pan de Molde me motivó a seguir dibujando, si no a saber qué estaría haciendo. Y no puedo obviar el hecho de que gracias a esto he conocido proyectos increíbles y gente estupenda.
3. Una de las cosas que nos llama la atención de tu trabajo es esa tendencia a las muchedumbres. La saturación de la escena con personjes, ¿es para ti un lenguaje o forma parte de un estilo o técnica?
No me gusta darle el protagonismo a un solo personaje. En mis dibujos hay mucha gente, cada uno con sus circunstancias, sus historias, sus relaciones entre ellos. Nadie es más que nadie, simplemente conviven. Quizá esto viene porque soy una persona introvertida y tímida y siempre he buscado pasar desapercibida. No me gustan las muchedumbres, pero entre tanta gente una se puede esconder fácilmente. A nivel formal, siempre me ha llamado la atención los cuadros con muchos detalles, esos que te obligan a parar un rato a ver qué es lo que pasa. Me gusta plasmar eso, dejar la historia a medias, que el espectador se tenga que imaginar por qué hacen lo que hacen o que vendrá después. Más allá de los límites del papel la historia continua, sigue habiendo gente. No se les ve pero ahí están, oye.
Vivo en internet. Estoy enganchada a la información. No paro de ver cosas y cualquier día me explotará la cabeza. Dedico mucho tiempo, a veces demasiado en buscar referentes o inspiración en la red. También uso libros y revistas, adoro el papel y lo analógico, (será por el revival), y voy a galerías, pero en menor medida. Sigo a muchos artistas de fuera a los que rara vez tengo la oportunidad de ver en directo, así que la red es indispensable para mi. Bueno, es que está todo ahí dentro. Cuando trabajo suelo escuchar podcast, conferencias, documentales… de temas muy dispares, sobre todo relacionados con el universo que me fascina, y que aunque no tengan nada que ver con el arte, me sirven igualmente de inspiración.
5. Pide un deseo
Que nos visiten los extraterrestres, pero en plan amigos.