Ayer nos acercamos a Azkuna Zentroa a ver Milieu de Nulle Part (En medio de la Nada), del coreógrafo de Montreal Jean-Sébastien Lourdais y su compañía Fabrication Danse.
El trabajo, desarrollado inicialmente en 2014 en colaboración con Agora de la Danse, es tan fresco ahora como entonces. Con una puesta en escena mínimal y atmosférica, público a ambos lados del espacio escénico y una iluminación tan sencilla como brutal, Milieu de Nulle Part sería ben descrita como una pieza extraña y extrañamente precisa. Lourdais nos propone a una serie de bailarines que exploran el cuerpo como espacio entre estados, siete bailarines que se suceden en tantos solos, todos ellos interpretando a su manera esa oscilación del estado intermedio.
Y en ese intermedio Lourdais juega con el público, con la percepción del tiempo y el detalle, centrando la atención en los fragmentos. Dirigiendo los sentidos hacia la eternidad del momento antes del movimiento y la imperceptibilidad del detalle expuesto, mostrándonos de camino la maravillosa máquina que es el cuerpo (y la cantidad de músculos y articulaciones que otra gente parece tener y nosotras no tenemos), no solo a través del espacio, sino también a través del tiempo. A veces, el movimiento es prácticamente imperceptible, en otras ocasiones convulsivo, frecuentemente impregnado de una animalidad extrañamente humana y familiar. Todo ello acompañado de una banda sonora compuesta por Ludovic Gayer, vibrante, grave y envolvente, que lleva al espectador a una especie de estado hipnótico donde lo único que existe es ese cuerpo en el medio de la nada.
Crédito Foto: G. Dutil.