Son buenos tiempos para el existencialismo. Terreno abonado para aquellas personas que viven instaladas en el drama y para las que, cada acción de la vida cotidiana, es un abismo al que asomarse. Sí, joder, 2020 ha sido una mierda de año terapéuticamente hablando y no se nos ocurría una mejor portadista que Soy Rodajas. Alter ego de Laura Sam, poeta y gestora de Spoken Word Bilbao. Si alguien sabe buscarle 7 pies a la vida, es ella. Hablamos sobre Soy Rodajas y sobre ser artista en esta vida pandémica y enredada.
¿Por qué (eres) Rodajas?
Un dia, hablando con mi pareja, le comenté que tenía que buscar un nombre para este perfil de dibujanta millennial, y él, que ya conocía un poco el rollo que llevaban mis historietas, me habló de las Slice of life que es una forma de nombrar un género concreto de cómic indie basado en historias cotidianas, la vida real, así, a pelo. Podemos traducirlo como Rodajas, rebanadas de vida, así que me quedé con Rodajas porque me parecía que lo que estaba haciendo iba por ahí, que no se podía decir mejor, vaya.
Tu primera publicación es de septiembre de 2019. ¿Cuándo y de qué manera empiezas a dibujar esta aventura? ¿Ha sido un proceso constante?
Siendo sincera, empecé a dibujar por pura ansia viva. Tuve una época complicada. Llevaba al menos seis o siete años sin atreverme a coger un lápiz, y de repente empecé a quemar tinta sin saber muy bien qué hacía. Creo que fue una forma de liberar mala leche, de ser al fin real en algún lugar. En cuanto al proceso, ha sido un poco montaña rusa. A veces he estado semanas enteras dibujando y luego me he abandonado a otras artes, digamos. Pero Rodajas ya vive en mí, y viene cuando ella quiere. Está bien así.
¿Cuál es la metodología de trabajo y cómo se inspira Soy Rodajas?
Como te digo no hay una metodología muy definida. O sí la hay, pero inconstante, desordenada y casi infiel, diría. Observo cosas e intento recuperarlas sobre el papel, vivo situaciones absurdas en la vida real y de repente pienso “ey, esto es una buena tira”. Sí que es cierto que trabajo sin bocetar, todo es válido, incluso los fallos formales son aprovechables y además, dan juego a Rodajas. Va todo de la víscera a la viñeta, sin filtro.
La mayor parte de las veces me inspiro en conversaciones reales, intento recordarlas o me obligo a grabarlas en el móvil para que no se me escapen, pero yo que sé, es que Rodajas va muy a su bola y pasa en moto de eso del compromiso artístico.
Aunque ya nos hacemos una idea con tu NOIZ portada, ¿cómo enfrenta Rodajas este nuevo año post pandémico? ¿Qué tal está ese carácter? ¿Y tus plantas qué opinan?
Rodajas siempre tiene una actitud que camina entre el bajonassso, lo irónico y lo entrañable, así que creo que seguirá en esa línea. No le ha ido mal. El carácter, desquiciado. Las plantas están ahí para reírse de todo lo que le pasa a Rodajas, las muy cabronas.
¿Es Rodajas el alter ego de Laura Soto o viceversa? Eres una vieja conocida de esta revista, ¿cómo conjugas todas tus personalidades renacentistas?
Ay, yo ya he llegado a un punto en el que no sé quién es quién. Cuando eres creativamente activa y pretendes mantener actualizado el trabajo de todos esos perfiles artísticos, empieza a darte el tic en el párpado. Te voy a decir la verdad, ¿cómo lo hago?, hago lo que puedo, intento no exigirme más de la cuenta y si a veces tengo que abandonar a Rodajas un tiempo, no pasa nada, ella sabe que estoy con Soto o con Sam. Y viceversa.
¿Qué hay de la relación entre artisteo y ansiedad existencialista?
Esa es la historia de amor más apasionada de todos los tiempos. Mi pulsión artística, ya sea dibujo, escritura, palabra, se basa en una lucha constante por comprender esa ansiedad, transformarla en algo útil para quienes están al otro lado. Para que no estemos tan solas en esto de la vida. Me gustaría existir sin esa ansiedad pero sin ella no soy. Joder, es que hoy es domingo, perdonad.
Estamos en la época de las artistas que hablan de la precariedad en sus obras, obras que exponen a través de canales en los que no cobran. ¿Cómo se siente esta paradoja? Sobreexposición, obligación de publicar en rrss..
Si hablamos de Rodajas, vivo sin ningún tipo de exigencia en este sentido. En un principio me prometí no convertir esto del dibujo en una historia de, precisamente eso, ansiedad por llegar a, vivir de, publicar para. Todo lo que venga es bienvenido pero no me desquicio por llegar a nada. Este proyecto nace de la necesidad de dejar a un lado este tipo de cosas, entre otras tantas.
Es curioso porque al final por mucho que empieces con esta actitud, el veneno de las redes y esa demanda de exposición-aceptación se va forjando secretamente sin que te des cuenta, y acabas cediendo a esas exigencias auto impuestas. Pero hay que tomar perspectiva, mirar con distancia y si te pierdes, volver a la casilla de salida.
Tu principal canal de publicación es Instagram. ¿Veremos las historias de Rodajas en versión analógica de papel y tinta?
Pues mira, me acabas de recordar que empecé un cómic hace un par de meses y me prometí dibujar cada día seis viñetas en un A4, todo improvisado y sin esbozo inicial a lápiz, tirándome al barro de la tinta sobre el papel, sin pensar. Creo que conseguí hacerlo durante unos quince días. Así que sí, hay proyecto de editar algo tangible, que a mí es lo que me gusta. Pero ya sabes, sin presión, Rodajas flow. Ah, se llamará Imposible vivir.
Para terminar, pide un deseo.
Hacer la portada de Noiz para el número de enero 2025, a ver cómo ha ido la cosa. Seguro que nos echamos unas risas.
