Aprovechando el paso de la compositora para piezas audiovisuales, BIdeOtik ha montado un taller exquisito dedicado a las bandas sonoras. Aran Calleja es una artista inusual con amplio recorrido, bilbaína por el mundo con un lenguaje personal para musicalizar historias. Durante la sesión, compartirá un pedazo de su proceso creativo y reflexionará sobre la simbiosis música-cine y su paradoja. “La música nos embauca cuando cumple apropiadamente su propósito, cuando no percibimos la trampa”. ¡Magia!
«A lo largo de los últimos años, mi aproximación a la música de cine se ha ido transformando, tanto desde el punto de vista de espectadora como del de creadora. Uno de los elementos claves de esta transformación es la diferenciación entre la música y el uso que se hace de ella.
Siendo la música el elemento más inverosímil del cine, es, curiosamente, el ingrediente que de manera más decisiva concede realidad y objetividad a una película. Ésta es la paradoja que encontramos en el análisis de la música de cine: un elemento subjetivo con carácter de irrealidad, que posee la capacidad de conceder mayor realidad al film.
La música nos embauca cuando cumple apropiadamente su propósito, cuando es imperceptible, cuando no percibimos la trampa. Lo maravilloso es que la música en sí misma no miente, es en su aplicación a la imagen cuando le otorgamos esa capacidad de manipular la realidad. Puesto que el cine es una gran mentira, el cometido de la música cinematográfica es el de encubrir el trucaje, y la tarea del compositor, la de “engañar”.
El propósito de esta sesión es explorar y compartir el germen de mi proceso creativo como compositora de música de cine y, a la vez, reflexionar sobre una de las relaciones de simbiosis más mágicas que existen».
(Aran Calleja)