Diez años, diez. Esta nueva NOIZ que brilla en tu pantalla favorita es la celebración de una década de militancia cultural. Hemos visto atacar naves en llamas más allá de Orión. Hemos visto caer y levantar espacios, bandas, compañías y festivales pero, lo que nunca imaginamos es celebrar estos diez años recluidos en casa con un virus pandémico amenazando desde no sabemos muy bien dónde.
Echamos la vista atrás y vemos con orgullo gamberradas como las que hicimos para FANT con una invasión zombie, un predicador del fin del mundo o el noviazgo de Bitelchús con los Cazafantasmas. Estamos encantados de trabajar con Getxophoto en su ruta posavasos. Hemos hecho un desfile de moda con nuestros propios diseños o hackeado una revista que se iluminaba sola. Destruimos nuestra revista para volver a crearla y hemos montado unas buenas NOIZ Jaiak. Así que no vamos a parar ahora (y queda pendiente una buena fiesta para celebrar estos 10 añazos).
Vuestra querida NOIZ sigue aquí a vuestro servicio. Ahora, más que nunca, tratamos de hacer del mundo un lugar mejor y sobrevivir en el intento. Crear como forma de vida, participar como manera de seguir progresando. Algo de esto tiene esta nueva NOIZ digital.
No deja de ser irónico que hayamos vuelto al punto de partida de hace 10 años: escribiendo y maquetando desde casa, perdiendo la noción del tiempo que ahora solo guían ese concierto en streaming o salir a aplaudir al balcón. Un momento delicado en el que hemos tenido que tirar de garra y vocación para poder sacar adelante este número de cumpleaños. Por esto y por lo que hemos vivido junto a tí y a nuestros anunciantes, os pedimos apoyo. Compartid esta revista, disfrutadla, pinchad en los enlaces. Por otro 10 años en libertad y rodeados de nuestra gente en directo. Zorionak guztioi.
Por otros diez años poniendo la cultura en el centro
Un estreno por todo lo alto. Así es como llegó el flamante nuevo ministro de Deporte, otras zarandajas y, allí al fondo, cultura. Con minúsculas y bien lejana quedó la Cultura en aquella gloriosa frase de “esta crisis afecta también a cultura y deporte, pero no solo”. No vamos a poner las cosas de maleantes y seres nocturnos por delante de una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo pero las joyas que dejó aquella primera declaración tras 27 días de estado de alarma fueron bien graves.
Resumir un sector con 700.000 personas trabajadoras en que el streaming hace que “todo se sobrelleve mejor” asomaba un desprecio a un colectivo muchísimo más grande que los artistas por solitario sin más medios que un teléfono móvil. Desacertado e improvisado, con un desconocimiento absoluto de la envergadura del sector cultural. Y eso, es muy peligroso.
Una vez más, las diferentes asociaciones que representan al sector de las artes en vivo se pusieron las pilas para explicar que la realidad laboral intermitente de artistas, personal técnico y de gestión cultural, no puede ser tratadas como una fábrica de tornillos.
Desde el panorama vasco, nace la Plataforma RESET en defensa de las artes en vivo y, junto a otras, como la Federación de Asociaciones de Ilustradores/As Profesionales o el personal técnico autónomxs de espectáculos que denuncian “el engaño sobre las ayudas para la cultura del Gobierno Vasco y estatal”; han defendido el apoyo de la producción cultural con un buen puñado de medidas.
Desde aquí, nuestro apoyo a creadores y empresas que permiten que la cultura en vivo sea una realidad transformadora. Prestemos atención a sus pasos y apoyemos a salas, compañías, festivales y artistas. Se lo debemos, pongamos la cultura en el centro.