¿Cómo te llega este encargo: por sorpresa o algo que teníais ya hablado?
Llegó por sorpresa. Recuerdo que estaba dando clases en Digipen y vi una llamada de Javi Calvo, me resultó extraño, “¿qué querrá Javi?” Le volví a llamar y me ofreció rodar 2 capítulos de Veneno. Ellos iban a hacer 4 capítulos y buscaban otros 2 directores para los otros 4 episodios. Conocían mi trabajo y les encajaba con el tono y la sensibilidad. La respuesta fue rápida, porque es el tipo de historias por las que a mi me gusta pelear, las que sirven para algo más allá del entretenimiento y creo que Veneno está hecha para eso.
¿Qué tal te has visto rodando una serie? ¿Es muy diferente al cine?
El código es el mismo, no dejas de contar historias con imágenes. Todo se extienda más en el tiempo y hay que mantener una continuidad en lo que no grabas tú. Yo ruedo dos capítulos y hay un antes y un después. El diálogo tiene que ser constante entre directores, tenemos un grupo de whatsapp y cuándo estamos en Madrid, nos juntamos para hablar de todas las cosas que tienen que tener continuidad y saber de dónde vienen las actrices. La serie es de “los Javis” y son ellos los que llevan la voz cantante. y somos Rodrigo, el otro director, y yo quienes nos acoplamos a su lenguaje. Tenemos muchísima libertad para crear, nos han dejado hacer mucho y en cada capítulo se nota esa diferencia de rodar.
Pensar en que una cadena de TV estatal “clásica” acceda a producir La Veneno nos parece fantasía. ¿Son los Javis quienes han aprovechado la grieta o algo está cambiando?
Quiero pensar que hay cosas que están cambiando. Es verdad que el mainstream se apunta a lo que le va a dar una imagen más amable. Afortunadamente hay temática que ahora tienen cabida y que tienen un espacio en el mainstream, pudiendo contar diferentes maneras de pensar, de sentir, de ver el mundo que rompen la uniformidad. La normalidad no existe y, menos, esta “nueva normalidad” que nos quieren vender no es verdad y está bien que no lo sea.
Además de elenco, buena parte del equipo técnico y de producción son transexuales. Cuéntanos algo más de esto.
Los Javis lo tenian clarísimo desde el inciio. Querían hacer una serie que hablase de esa realidad y que, a la vez, fuese algo más. Que no se quedase solo en contar la historía de Crisitna, la Veneno, sino que sirviese para algo más y, claro ejemplo de ello, es que en todos los departamentos del equipo hay personas transgénero, siendo una serie mainstream, que es importante. Los Javis tienen a su favor la repercusión social y la están usando para poder cambiar cosas que es de lo que se trata, poder poner el foco dónde antes no había luz.
El personaje llega a la fama en los años 90 pero la serie arranca en los 60, con la niñez de la Veneno, adquiriendo mucha profundidad y un análisis histórico, tanto del personaje como del colectivo trans. ¿Es un biopic puro y duro o tiene vocación de visibilizar a un colectivo?
Para poder comprender un personaje, hay que verlo en su totalidad. Saber de dónde viene y a dónde va, no podemos quedarnos solo con la parte que conocemos por el Missisippi y el Pelícano. Saber cómo crece Cristina cuando era Joselito, un niño y cómo encuentra su camino, cómo llegó a lo más alto y, después, como la TV la dejó de lado y llegó a lo más bajo, para después intentar, de nuevo, subir. Es una tour de force de un personaje que es muy interesante, sobre todo para poder entender cómo era ella y lo que significó para mucha gente.
¿Conocías algo el personaje o también has tenido que bucear en ella?
He tenido que bucear, claro. Yo conocía a Cristina, de lo que se veía en TV, no conocía sus memorias y lo que hice fue bucear en el personaje para conocerla. Eso y hablar con Valeria, la autora de su biografía, hablamos mucho con ella y con la gente que la conocía. Paca, que es un gran descubrimiento en la serie. Es necesario hacer esto, ya que no te puedes quedar con lo mediático, sino que tienes que hablar de muchas más cosas.
Tu ya tenías experiencia rodando con actores “no profesionales” (A escondidas), pero la espontaneidad de Daniela Santiago, Paca “La Piraña” o Jedet, seguro que hace que los rodajes sean diferentes.
Es un no saber lo que va a pasar. Hay varias de ellas, que son actrices conn formación, como Jedet, pero hay otras que no se han puesto nunca delante de una cámara. Conjugar eso con sus maneras de ser es bonito. Es un reto, porque tienes que estar muy atento para que no se pierda la verdad y, a la vez, mantengan la narrativa de lo que quieres contar. Hay que ser muy flexible porque la serie pretende ser muy estética, pero para que lo estético se mantenga tiene que haber un control de lo que va a ocurrir en cada plano, entonces conjugar lo estético y la verdad de estas “no actrices”, es hacer equilibrios en la cuerda floja.
¿Qué parte de la vida de La Veneno dirijes tú?
Yo toco el final de la juventud de la Veneno, cuando era Joselito, de los 16 a los 25 años y, después, la parte en la que estuvo en la carcel, hacia el final de su vida en 2006. En cada capítulo combinamos con las diferentes fases de Veneno joven, con Veneno mayor, ya que el relato se basa en Valeria escribiendo sus memorias. Siempre estamos en 2014-2016 y vamos saltando en el tiempo hacia atrás. El capítulo 3 es el primer amor “fuerte” de Veneno, dónde ve claro hacia dónde quiere ir y, el episodio 7, en la cárcel, es cuando está en su momento más bajo.
Tuviste que parar el rodaje por el estado de alarma ¿qué recuerdo tienes de las últimas tomas?
Estábamos rodando de madrugada. Ese jueves, de noche, fue muy loco. Hacía noticias raras que hablaban de que se iba a cerrar toda la Comunidad de Madrid, una especie de psicosis en la que no sabíamos qué iba a pasar. Las noticias iban y venían según íbamos grabando planos. Fue un día un poco loco, hasta que a última hora nos dijeron que ya no se rodaba y cada uno volvió a su casa.
La incompatibilidad del COVID con la vida afecta a los rodajes ¿Cuándo reanudáis el rodaje y qué compatibilidad tiene con las normas de distancia social?
Reanudamos el 15 junio. No sabemos aún las condiciones de rodaje, hay una normativa que publicó EGEDA. Podemos rodar un 20% menos de tiempo e iremos más lentos. A mi me preocupa mucho el tema de la cercanía y el contacto. A mi me gusta estar mucho encima de las actrices, acercarme, hablar, estar muy encima. Me da un poco de miedo el no poder hacerlo, ya que para poder estar encima de la interpretación, hay que estar muy cerca físicamente y arropar. El distanciamiento social... me da un poco de pereza. Las personas que somos más de piel, nos cuesta mucho que nos obliguen a tener una distancia todo el rato. En esta serie es imposible que no haya escenas de besos o sexo. Habrá unas medidas previas, con pruebas, saber que todo el mundo está bien y, a partir de ahí, grabar lo que se tenga que grabar. No se cómo se puede grabar Veneno sin que haya determinado tipo de secuencias, no tendría sentido.
¿Cómo está tu película, ‘El doble más quince’?
Estábamos en la segunda semana de cartelera, con el boca-oreja empezando a funcionar. No creo que volvamos a cines, así que tendremos que esperar a estreno en plataformas como Movistar+, que son coproductores junto a TVE.
Pide un deseo
Que la nueva normalidad nos deje abrazarnos. Que no perdamos lo poco bueno que teníamos antes que es estar cerca los unos de los otros.