La compañía jóven de Pabellón 6 lleva varios años siendo una de las canteras teatrales fundamentales de Bilbo, con numerosas producciones que se han quedado grabadas en el consciente colectivo y escénico de la zona. Ahora han dado un paso más allá y se han lanzado a abrir nueva sede, justo al lado del mítico portón rojo de ama P6 y bajo su paraguas. Hablamos con Sandra Tejero en representación de todo el equipo y, aquí, con las personas directoras de sus últimos estrenos.
Contadnos cómo comienza esta historia: ¿Cuándo decidís independizaros de la nave nodriza y plantar vuestro portón azul frente a P6?
Rondaba la idea desde comienzo de año, pero no fue hasta Abril-Mayo cuando Ramón Barea se puso en contacto con todos los elencos que habíamos formado parte de la Compañía Joven de Pabellón 6 y nos propuso esta aventura. Después de cinco años con el proyecto, este necesitaba un sitio propio de ensayos y exhibición de sus trabajos, que tres meses al año o reposiciones esporádicas se quedaba corto y había tantas actrices y actores que ya formábamos parte de los elencos de la gazte que podíamos gestionar una sala con todo lo que conlleva.
Desde la administración, la construcción de la sala, la programación, el equipo de comunicación... No nos independizamos del todo, somos una rama y tomamos decisiones conjuntas. La Gazte Konpainia forma parte de Pabellón 6 pero con equipos de trabajo distintos.
Abrís espacio creativo en plena pandemia demostrando vuestra valentía y vuestra defensa del arte. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Está siendo increíble, me viene a la cabeza el primer día que abrimos la sala, con ¿Qué fue de Ana García?, y a media hora de dar entrada a público, mientras se hacía un pase técnico, al otro lado estábamos dando los últimos retoques para dar vida a la sede de la Gazte Konpainia. Nos intercambiábamos miradas de complicidad, en silencio, nos agarrábamos fuerte. Era la prueba de fuego. Ahora hay que mantener la llama viva, trabajando cada día.
Teniendo en cuenta el golpe que ha supuesto la pandemia para el sector cultural. ¿Cómo lográis salir adelante? ¿Quién está detrás de esta noble causa? ¿Habéis recibido apoyo por parte de alguna institución?
La Gazte Konpainia forma parte de Pabellón 6 y por eso se beneficia de las subvenciones que esta recibe como parte de la actividad de P6, pero tenemos una ayuda al proyecto Gazte Konpainia por parte del ayuntamiento de Bilbao y solicitamos anualmente las ayudas que ofrece Bilbo Ekintza para personas de Bilbao que están desempleadas, y esas van dirigidas a los proyectos del nuevo elenco. Por otro lado, las socias y socios de P6 también lo son de la GK. Y las propias producciones hacen que se puedan afrontar gastos y pagos de artistas.
Acabáis de estrenar Todo saldrá bien, segunda producción propia dentro de esta nueva sede, después de En standby. También habéis rescatado obras hit como ¿Qué fue de Ana García?. ¿Cómo está siendo la acogida? ¡Los aforos vuelan!
Sí, estamos muy agradecidas de la acogida que está teniendo la sala por parte del público. Nos cuidan y nos apoyan desde que abrimos la sala. La gente repite y es como estar en casa. Poner cara a los nombres, ir conociéndonos, público-elenco, es increíble. Tenemos un aforo reducido y por eso aconsejamos hacer las reservas con antelación en la web de P6.
Vuestra programación va más allá de las producciones propias. ¿Cuál es la idea para los próximos meses? ¿Os habéis planteado alguna alianza con otros espacios similares a nivel estatal o internacional? Espacios para música, compañías etc.
Cuando abrimos la sala, además de los proyecto propios, tuvimos tres conciertos acústicos y dos proyectos de la cía Arimaktore. A partir de enero seguimos con la vuelta de proyectos propios como Mi Último Baile (dirigida por Getari Etxegarai) o Aborígenes (dirección de Felipe Loza).
Estrenamos otro proyecto de producción propia Gris, Morirse en Bilbao (escrito por David Caiña, dirigido por Ane Pikaza y en la dirección musical Urtzi Iza). Y por último Migraaantes (dirección de Beatriz Velilla para el sexto elenco de la GK)..
Para terminar y como siempre: pedid un deseo.
Pues en los tiempos que corren, creo que salud, para poder seguir trabajando y aprendiendo.