Lle Godoy comenzó desde txiki con la fotografía, ha actuado en varias producciones audiovisuales, de allí pasó a la dirección artística y acaba de estrenar su primera exposición plástica. La portada que embellece la NOIZ de octubre también forma parte de su extensa y variada obra. Hemos tenido el lujo de visitarlo en su estudio y esto es lo que nos ha contado. Aviso a navegantas: su hipnotismo es adictivo.
¿Cómo recibiste la propuesta para ser portada de esta revista? ¿Por qué escoges esta pieza y de dónde sale?
Fue a través de un NOIZ email. Me comentabais todas las personas tan interesantes que colaborarían con la revista en estos cuatro meses, y me pareció estupendo formar parte de ella. Estoy muy agradecido de que hayáis pensado en mí para el número de octubre.
Está imagen la hicé el año pasado, Jaime Asua la disparó para mí. Sin quererlo creo que es un buen resumen de cómo estamos a nivel megalomano, de cómo estamos funcionando a nivel social y más allá de la pandemia. Toda esta situación nos ha llevado a mirarnos más si cabe al ombligo, sólo es una interpretación de cómo nos estamos comportando a nivel individual y de que seamos nosotrxs mismxs los que peligrosamente nos retroalimentamos en muchos aspectos esenciales de nuestra propia vida.
Hemos tenido el placer de visitar tu estudio ¿Qué es fundamental para ti en tu espacio de trabajo?
El espacio y la tranquilidad que aquí encuentro. Comparto estudio con artistas de diferentes disciplinas y eso es muy enriquecedor. Pero sobre todo, lo que busco ante todo es separar el espacio trabajo de la casa, es en la distribución en la que más eficaz he conseguido ser.
Comienzas en el mundo de la fotografía, desde pequeño, y más adelante entras a trabajar en el cine, al principio como actor. ¿De qué manera das el salto de estar en frente de la cámara a formar parte del equipo de arte? ¿Qué te aportan uno y otro papel y cuál te gusta más?
La fotografía siempre ha sido mi principal disciplina, a la que con el tiempo, he ido abandonando poco a poco. Sigo haciendo foto, pero no de la misma manera que antes lo hacía. Creo que a muchas personas les sucede que antes del cine hacen foto. Aunque en un primer momento pueda parecer insconciente, estás educando la mirada y conociéndote a nivel visual. El cine para mi era una consecuencia natural de lo que estaba haciendo, y era sobre todo una aspiración. Pero sin duda en lo que más interés tengo y he tenido siempre es en la dirección.
Conoces a Edu Casanova durante tu estancia en París y desde entonces has sido asistente artístico de varios de sus proyectos, entre ellos la película Pieles y el videoclip de Delaporte. ¿Cómo han sido estas experiencias?
Es increíble trabajar con una persona tan talentosa y trabajadora. He aprendido un montón, creo que no soy del todo consciente de todo lo que he aprendido con él. He trabajado para él cómo actor y como director de arte, y en ambas me he sentido muy estimulado. Pero sé perfectamente que hay muy pocos directores cómo él y que he tenido mucha suerte.
¿Qué diferencias existen entre la dirección creativa/general de un proyecto y su dirección artística? ¿Qué opinas de cada una de estas vertientes?
En la dirección creativa hay un trabajo más proactivo a nivel imaginario e incluso conceptualizante, si el proyecto lo permite. En la dirección de arte también puedes ser creativo, por supuesto que sí, pero tu principal propósito es ejecutar las ideas del / la directorx.
¿Algunas personas artistas referentes y/o obsesiones actuales? Sean de la disciplina que sean.
Ahora mismo estoy muy obsesionado con Dimitris Papaioannou y con Benedetta la pelicula de Paul Verhoeven. Con Donda el último álbum de Kanye West, pero sobre todo y ante todo con la distribución de mi cortometraje ENCAJADA. Todo me convive muy bien.
Tu exposición *En el cólico, nacida en BilbaoArte y expuesta en Aldama Fabre, es tu primera y exitosa incursión plástica. Cuéntanos un poco, ¿de qué va eso de crear expansores para bocas que no existen?
*EN EL CÓLICO exhibe diferentes técnicas de expansión de paladar. Fetichizando e inventado bocas que pudiesen necesitar de su intervención. Es mi primera exposición individual que surge de la necesidad de enmarcar, sublimar y deconstruir la belleza de las técnicas de expansión de paladar. Son el negativo de bocas que no existen pero en las que intervendría a través de estos expansores ficticios. Es un proyecto muy especial para mí y tengo muchas ganas de que crezca.
“Lo no normativo es el canon en el que me muevo”, nos comentas. Y sin embargo, tu arte no tiene un objetivo social directo ni pretende hacer exaltación de la no normatividad, sino más bien es algo que viene solo.
Soy consciente de ello, pero por supuesto no vivo en esa premisa. Simplemente es la norma en la que me rijo y en la que trabajo. Es lo que me interesa y en lo que me muevo a nivel imaginario. En todo trabajo creativo hay que encontrar una estética poderosa que sea lo más coherente con lo que uno es. Y en esa tarea es en la que me veo envuelto, intentando afinar y mejorar cada proyecto, he intentado hacer algo con calidad y criterio. Pero sobre todo queriendo no ser complaciente conmigo mismo.
Dice Rosa Montero que existen dos tipos de artistas: los que se inspiran y beben de su entorno y los que lo hacen principalmente de sí mismos. Observando tu obra y los elementos que utilizas (sacados de contexto y reinterpretados), pareces más de los segundos.
Ambas, en sí lo que ella comenta es una paradoja en sí misma, porque ambas opciones son la misma. Somos lo que somos por nuestro entorno y somos nosotros mismos porque somos nosotros mismos.
Enumera proyectos propios y colabos que tengas ahora mismo en marcha, para poder seguirte la pista.
Ahora mismo estoy haciendo dos encargos de vídeo y un proyecto plástico. En uno de ellos estoy comenzando a trabajar desde la performance y en los otros desde la dirección. Aún no puedo comentar nada porque soy un neurótico y creo que pueden no suceder. Pero espero poder enseñarlos muy pronto.
Para terminar y como siempre: Pide un deseo.
Trabajo y salud, salud y trabajo.