Abril llega con una portada guerrera y desafiante, inspirada en el arcano número 11. Gracias al pintor, ilustrador, autómata gráfico y escritor Pablo Gallo (@pablogallooo), por inundar de belleza esta nueva Noiz Agenda Kulturala. Aprovechando que acaba de realizar el cartel para la próxima edición del ARF, hemos tenido la suerte de hacerle esta pequeña entrevista. Pasen y lean, vean. Cuando la forma y el contenido se abrazan, sólo queda relajarse y ver arde. Avivemos nuestro fuego interior. Fire: walk with me.
¿Cómo ha sido la experiencia de realizar el cartel para el Azkena 2023? ¿En qué te has inspirado? ¿Tenías alguna indicación o te han dado libertad?
Todo fue muy sencillo. La imagen del cartel, una lengua con una pequeña llama de fuego en la punta, parte de una pintura que realicé hace 8 años. Desde Last Tour, empresa que organiza el festival, contactaron conmigo porque les había gustado esa imagen y me pidieron que la adaptará al festival, con colores algo más pop, porque la pintura original era más oscura, más barroca. Es agradable ver que una imagen realizada hace tiempo, tiene de pronto una nueva vida. Ver que, al final, todo lo que haces tiene cierto sentido.
Y el portadón guerrero que has escogido para vestir esta Noiz de abril, ¿por qué esta pieza? Háblanos un poco de ella.
Es una pintura que realicé hace 2 meses. A veces utilizo en mi trabajo esas imágenes de mujeres desafiantes. Funcionan como una especie de símbolo o arquetipo, me recuerdan a la carta del tarot conocida como La Force, en la que aparece una mujer que, con sus manos, mantiene abierta la boca de un león, representando el coraje y la voluntad, virtudes importantes para dedicarse a esto de la pintura y la ilustración. También tiene que ver, de alguna manera, con mujeres a las que admiro, como las pintoras surrealistas Ithell Colquhoun, Leonor Fini y Leonora Carrington, que se dedicaron al arte contra viento y marea.
Las llamas son una constante en parte de tu obra. Evoca el mar de fueguitos de Galeano aunque está claro que el fuego está lleno de connotaciones. ¿Qué representan para ti?
Mis llamas hacen referencia al fuego interior o a la visión interior, a la imaginación como un refugio inexpugnable, y al poema “El tigre de William Blake: “¿En que lejanos abismos o cielos / ardió el fuego de tus ojos?”. También están inspiradas en obras de la tradición mística, como el cuadro Pentecostés de El Greco o La venida del Espíritu Santo de Gustave Doré.
Sobre tu modo de trabajar: ¿Cuáles son las técnicas que más utilizas? ¿Te mantienes fiel a un proceso creativo concreto o vas mutando?
Utilizo muy diferentes técnicas dependiendo de cada proyecto. Puedo utilizar óleo, acrílico, tinta china, lápiz, estampación, collage… Siempre me ha gustado experimentar. A veces, cuando empiezo un nuevo trabajo, pruebo varias técnicas antes de elegir una concreta, y así veo cuál le va mejor. Es un momento emocionante. Se abre una puerta, pero aún no sé muy bien lo qué encontraré al otro lado.
Eres la mitad del dúo performativo llamado Comando psicográfico, encargado de dibujar a ciegas mediante una técnica llamada automatismo gráfico, que nos recuerda a la escritura automática dadaísta. ¿Cómo lleváis a cabo este espectáculo? ¿Cómo se siente dibujar a ciegas?
Lo de dibujar a ciegas es algo que empecé a hacer a los 20 años como un divertimento. No fue hasta que cumplí 40 cuando se me ocurrió hacerlo en directo junto a mi amigo el músico Iago Alvite. La psicografía es la escritura o dibujo automático, de ahí nuestro nombre. Sin duda somos deudores del dadaísmo, y de los dibujos automáticos del artista Austin Osman Spare, y, cuando empezamos, tuvimos también presente a Coil, dúo de música experimental relacionado con el ocultismo. Hace unos meses hemos publicado un LP, un vinilo titulado Líneas espectrales, con música compuesta tras grabar el sonido del trazo de una serie de dibujos realizados a ciegas, dibujos que aparecen recogidos en el libreto del disco, por lo que cada pieza va unida a una imagen. Es un artefacto nacido de la experimentación sonora y gráfica, un diálogo entre el dibujo automático y la música espectral.
También eres el autor de libros como Bestiario del Norte, Manual de ruleta rusa o Siete días en las siete calles, entre otros; así como del artefacto sexual El Libro del Voyeur. ¿Qué particularidades ves en la pintura y en la literatura, respectivamente, y cómo conjugas estas vías de expresión?
La pintura es mi padre y la literatura mi madre, literalmente. Mi padre siempre ha pintado y mi madre siempre ha escrito relatos. Es algo que he visto en casa desde niño. Para mí son partes de una misma fascinación. Me han influido por igual lenguajes como la pintura, la literatura, la música o el cine. Veo conexiones entre todos ellos, y me encanta imaginar libros que me gustaría que existiesen, en los que mezclo texto e imagen. A veces tengo la suerte de que, tiempo después de imaginarlos, se hacen realidad.
¿Con qué experimentos estás ahora? ¿Hay algún artefacto híbrido nuevo que tienes ganas de probar?
Suelo trabajar en varios proyectos a las vez. Combino proyectos personales con encargos de todo tipo. Ahora mismo estoy trabajando en una nueva portada para una novela de Patricia Highsmith. La editorial Anagrama está reeditando, poco a poco, toda su obra, y quiere que yo haga las portadas. De momento, durante el último año se han publicado siete títulos, pero son más de veinte. En lo personal llevo años trabajando en un libro muy importante para mí, que espero acabar dentro de poco, aunque todavía es pronto para hablar sobre su contenido.
De origen gallego, ¿cómo llevas la morriña? ¿Te inspiras en tus raíces coruñesas?
Me encanta Galicia y voy de vez en cuando, ya que tengo familia y amigos viviendo allí, pero la verdad es que nunca he sentido morriña. Tanto mis abuelos paternos como maternos eran de Burgos, del municipio de Los Altos, a donde sigo yendo con frecuencia. Así que soy un gallego de origen burgalés que lleva 18 años viviendo en Bilbao. Un auténtico apátrida.
Para terminar y como siempre: un deseo.
Deseo no desear nada.