No nos hemos dado ni cuenta de que nos hacemos mayores, en serio, ¿quién se olvida de su propio cumpleaños?. Estamos atravesando esta edad limbo, adolescente, como cualquier otra persona que aterriza en el instituto por primera vez: con muchísima ilusión por ver qué está por venir, con una energía que no tiene competencia (benditas hormonas, luego duermes sin dormir) y surfeando la incertidumbre con una tabla rosa chicle llena de glitter. A lo tonto y a lo bobo han pasado ya un puñado de años y nos sigue haciendo felices escribir sobre lo que acontece en el mundo cultural vasco. En fin, zorionak guri eta urte askotarako! (del regalo ya vamos hablando)