ART HOUSE ZINEMA DE VERANO

25 de Agosto de 2016. Bilbao Arte. Bilbao /// Bizkaia. 19:00h. Doan. Gratis. Free!

 

Jueves 4 de agosto.

“La herencia” de Per Fly

 

Per Fly. Dinamarca. 2002. 107 min.

 

Sinopsis: Christoffer (Ulrich Thomsen) pertenece a la cuarta generación de la familia propietaria de la prestigiosa Planta Siderúrgica Borch Møller, pero él ha abandonado el negocio familiar para abrir un restaurante en Estocolmo. Allí está felizmente casado con una actriz sueca, Maria (Lisa Werlinder), pero cuando su padre se suicida, la madre de Christoffer (Ghita Nørby) le exige que vuelva a casa para asumir el puesto de director ejecutivo de la compañía. A regañadientes, regresa para hacerse cargo de la Dinastía familiar. Esto pilla de sorpresa a su esposa, a su hermana Benedikte (Karina Skands), y al marido de ésta, Ulrik (Lars Brygmann), que hasta entonces era considerado como el candidato más obvio al puesto. Christoffer se ve forzado a adoptar medidas drásticas para salvar a la compañía de la amenaza de ruina, y esto le crea tensiones con su familia y con Maria. La herencia tiene un precio personal que él se ve obligado a pagar al completo…

 

 

Jueves 11 de agosto.

La vida en tiempos de guerra” de Todd Solondz 

 

Todd Solondz. EE.UU. 2009. 98 min.

 

Sinopsis: Hay un gesto que Todd Solondz repite en La vida en tiempos de guerra con la solemnidad hierática de un ritual. Se trata de una caricia. Un roce entre dos manos que se unen por un instante. Pertenecen a personas sentimentalmente heridas que desearían que ese goce fuera eterno. Intuyen que será efímero. Ansían anclarse en un abrazo, pero no hacen sino asir la manilla que abre la infelicidad. Como hizo Ingmar Bergman en Saraband, Todd Solondz construye este filme rastreando los restos del naufragio de una obra anterior. El origen de La vida en tiempos de guerra se encuentra en Happiness (1998). Así que estamos ante una revisitación a un campo de batalla del que hace doce años ya supimos de sus afilados colmillos. Si no se vio la obra precedente se puede apreciar este filme igualmente, pero faltará el escozor de la memoria y el reencuentro. De hecho los actores son diferentes, lo que acentúa la idea de que el personaje es el fundamento; el actor, el pretexto. Decir que Todd Solondz es una especie de Woody Allen del lado oscuro traiciona el alcance de un discurso tan desgarrado como compasivo. A Solondz se le malentiende. Como penetra en las cloacas del deseo y en la vulnerabilidad de los afectos y efectos sexuales, Solondz desconcierta e incomoda. No es fácil de digerir ni resulta confortable de asumir.

 

 

 

Jueves 18 de agosto.

Winter´s bone” de Debra Granik  (2010)

Debra Granik. Estados Unidos. 2010. 100 min.

 

Sinopsis: Basada en la novela de Daniel Woodrell, un francotirador de lo que se denomina country noir, Debra Granik levantó el centro de esa herida abierta en los montes de Orzak donde sus habitantes agonizan en la trastienda del sueño americano, mientras reciben a los turistas que buscan allí los ecos del origen de EE.UU. Por eso, más allá de las urdimbres con las que se desarrolla este thriller de banjos y violencia, como un relámpago que arroja luz hacia el exterior, Winter´s Bone hace especial hincapié en la única esperanza que le queda a su joven protagonista: enrolarse en el ejército. Así y entre otras cosas, Winter´s Bone señala con explícita intencionalidad que éste es uno de los viveros de donde surgen los soldados del imperio americano. Un campo abonado por el miedo, la pobreza y el aislamiento. La verdadera tierra hostil, parece gritar Granik, no se halla en Irak ni en Afganistán, sino que se extiende en el epicentro del imperio.

 

 

 

Jueves 25 de agosto.

Una paloma se posó en una rama para reflexionar sobre la existencia” de Roy Anderson  

 

Roy Anderson. Suecia. 2014. 101 min.

 

Sinopsis: Con una estructura mínima, Andersson al que se le adivinan referencias y nutrientes, convoca una voz personal e identificable, un estilo que a sus 72 años aparece como un paradigma reconocible y propio. En la quietud de esta Paloma irrumpen relámpagos de ferocidad extraña. El tiempo y el espacio en el que transcurren sus capítulos de conexiones subterráneas se diluyen en una tenue línea de sombra. Esos episodios que comienzan con tres muertes y que alcanzan su cenit con un ensayo sobre la crueldad de la humanidad: el mono encadenado, los esclavos carbonizados… alcanza momentos fulgurantes. Como solemne y demoledor resulta el desfile letal del ejército de Charles XII de Suecia, el soberano heroico devenido en el gran exterminador, camino de la batalla de Poltava. Roy Andersson dinamita el tiempo histórico con el tiempo fílmico, todo se reduce a estampas de muertos vivientes y a vivos que morirán para tejer, como Keaton, una patética mueca parecida a una sonrisa. La que se queda en el rostro cuando un ser humano se abisma a reflexionar sobre la existencia.

 

 

 

 

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