El coreógrafo y bailarín Daniel Abreu se alzó en 2014 con el Premio Nacional de Danza “por ser dueño de un lenguaje personal y por la creación de un universo propio sustentando en un código original, innovador y arriesgado”, en palabras del jurado. Ha desarrollado su trabajo como intérprete en distintas compañías y recibido diversos premios como director, coreógrafo y bailarín. En 2004 funda su propia compañía.
Su último trabajo Venere (léase con acento en la primera “E”) es una palabra italiana que significa Venus. Como el planeta, como la diosa. En escena, Abreu y otros cinco bailarines despliegan un juego coreográfico que viaja de la materia al símbolo. Un tránsito deslumbrante que refleja la frialdad del planeta lejano y, al mismo tiempo, la maleabilidad que caracteriza al sentimiento amoroso.
