De todo ello da cuenta esta obra que gira en torno a tres «convexaciones» con destacadas figuras de la cultura, en las que Niño de Elche dialoga sobre flamenco, cultura popular y arte sonoro. Ese órdago toma su dimensión real en los textos del propio autor, donde abre las puertas de su casa, sus ideas y su juego artístico; un juego sincero y colaboracionista que ha despertado el interés entusiasta de público y crítica.